Independientemente de si trabajamos en empresas productoras de empaques, piezas o productos plásticos, de si estos materiales son o han sido nuestra fuente de ingresos, de si vemos la importancia de sus aplicaciones o si por el contrario somos opositores de su uso, de si hemos sido afectados directa o indirectamente por la contaminación generada a partir de su disposición final. Dejando a un lado nuestra posición radical de empresarios o ambientalistas, es importante conocer aquello que usamos día a día y desechamos constantemente hasta llegar a contaminar gran parte de nuestro ambiente.
A partir de la segunda guerra mundial el consumo del plástico ha aumentado exponencialmente gracias a su versatilidad, espectaculares propiedades de empaque, protección y bajo costo, posicionándose así, en un material de consumo masivo, en la Era de los Plásticos.
Bajo este panorama encontramos dos grupos importantes: las personas que trabajamos en la fabricación de productos plásticos y tenemos la oportunidad de conocer la planeación, el desarrollo, el estudio y la investigación que requiere la realización de un producto que está dirigido a cualquier sector de nuestra economía, ya sea informática, telecomunicaciones, automotores, medicina, alimentos, textil, aseo, agricultura, construcción, en fin, en el sector que pensemos podremos encontrar un producto plástico involucrado que por ende, tuvo su respectivo proceso de desarrollo. Y por otro lado, encontramos las personas que nunca han trabajado en este sector pero que han tenido que vivir directa o indirectamente las consecuencias de la contaminación generada por su inadecuada disposición, personas que desconocen todo lo que hay detrás de su producción. Esto en realidad es una forma de “clasificar” dos fuerzas comerciales, ya que, desde un punto de vista más objetivo, TODOS estamos siendo afectados por la contaminación.
Es por esta razón, por la que considero que es importante APRENDER, CONOCER y RECONOCER qué son los plásticos, es importante ampliar nuestra perspectiva, alejarnos y dejar de verlos como una afectación meramente económica o ambiental, esforzarnos por llegar a un punto de equilibrio y ver el TODO de los plásticos, lo que hay detrás de ellos, sus beneficios y sus desventajas como algo integral que podemos estudiar para proponer alternativas y soluciones reales a una problemática real, mundial y que por consiguiente, nos afecta a TODOS y nos incluye a TODOS.
El plástico es un material maravilloso y por esta misma razón, puede ser destructivo. Esta dualidad es muy común, un ejemplo es el fuego, podemos usarlo para calentar o para quemar.
Así, un material que nos ha ayudado a alargar la vida útil de los alimentos, aumentar la sanidad e higiene en un hospital, disminuir costos de un producto, entre muchos otros beneficios, se ha convertido en un gran contaminante ambiental debido a nuestro consumo desmedido y la falta de planeación en su adecuada disposición.
Es verdad que la velocidad de producción y consumo es bastante alta para ser alcanzada por el reciclaje, esto si el 100% de los materiales plásticos se pudieran reciclar fácilmente. Pero desafortunadamente, no todos son reciclables ya sea por su diseño o por falta de mercado que permita la viabilidad económica para su separación e integración a la cadena productiva.
En 2017 la producción de plásticos alcanzó los 348 millones de toneladas[1], de las cuales, sólo el 9% se recicló, aproximadamente 31 millones[2].
Esto sucede por factores como los que menciono anteriormente:
- Productos plásticos diseñados con mezclas de materiales que dificultan su reciclaje.
- Materiales con baja o nula demanda del sector productivo, lo que conlleva a una inviabilidad económica.
- Falta de mecanismos asequibles y eficientes para el adecuado aprovechamiento de los materiales.
Se cuenta con un sistema de codificación para la identificación de materiales plásticos, creado con el objetivo de facilitar su clasificación y reciclaje. De esta forma, los códigos que cuentan con un mercado viable de reciclaje son: 1 (PET), 2 (HDPE), 4 (LDPE) y 5 (PP). Los códigos 3 (PVC), 6 (PS) y 7 (otros) presentan altas dificultades. El PVC y PS son materiales delicados de procesar y con poco o nulo mercado y el número 7 (Otros) es el más complejo, pues incluye todas las mezclas de materiales y aunque han surgido buenas iniciativas en aplicaciones como mangueras, madera plástica para casas, parques y postes, el consumo es bajo para la cantidad de producción de este tipo de materiales (mezclados).
De los 348 millones de toneladas de plásticos que se producen, los materiales con mayor demanda son: PP (19,3%), el PELD/PELLD (17,5%), el PEHD/PEMD (12,3%), el PVC (10,2%), el PUR (7,7%), el PET (7,4%), el PS y el EPS (6,6%)[3].
Bajo este punto de vista, el 9% que se recicla debe estar compuesto por polietilenos, polipropilenos y PET en su mayoría. La cantidad que se produce entre estos tres materiales corresponde al 56% de la demanda anual, para lo que el 9% es un valor muy bajo.
Así, pienso que es de vital importancia aplicar estrategias como:
- Diseño de productos plásticos que eviten la mezcla entre materiales. Una alternativa que se ha empezado a ver es la tendencia a empaques laminados monomaterial.
- Fomentar el valor comercial y competitivo a los productos que incluyan materiales reciclados. Esto permite guiar al consumidor en compras responsables, estimula la recuperación de materiales y la apertura de mercados.
- Generar y promover procesos eficientes para el aprovechamiento de materiales.
- Reducir, evitar emplear productos plásticos de baja vida útil o que no son realmente “necesarios”, aunque la necesidad es muy subjetiva.
- Promover el reciclaje, apoyar emprendimientos y educación especialmente en sectores vulnerables.
- Hacer caminatas de limpieza (aunque en estos momentos de pandemia no es viable, he participado y organizado algunas de ellas y puedo decir que es una experiencia realmente gratificante).
Las campañas de reciclaje son muy importantes, sin embargo, es aún más importante saber qué hacer con todo aquello que clasificamos y apartamos de los demás residuos. No es suficiente si de esto que apartamos sólo un pequeño porcentaje es útil y el resto se debe desechar. Un triste ejemplo de esto, es el caso europeo, donde se evidencia un logro muy importante al educar sus ciudadanos en clasificar los residuos “reciclables” de otros desechos, tarea opacada con la acción de vender estos residuos “reciclables” a países orientales para que evalúen cómo aprovecharlos. Así, se vende la responsabilidad a otro, donde se logra recuperar un porcentaje de los materiales y el resto suele ser incinerado de forma incontrolada, al aire libre. ¿Estarías dispuesto a llenar la caneca de basura de tu casa con la basura de tu vecino?
Esto pasa, porque como mencioné anteriormente, no todos los plásticos se pueden reciclar y no todos tienen suficiente valor comercial para hacer este proceso. La mejor opción es que hagamos la tarea bien, nos ocupemos de nuestros propios residuos y generemos un cambio en todos los eslabones, como consumidores podemos aumentar la demanda de productos que incluyan materiales recuperados, como fabricantes o proveedores promovamos el desarrollo de productos que incluyan materiales recuperados. Fomentemos emprendimientos, revisemos mecanismos de aprovechamiento y educación. Desde el diseño podemos reducir y evitar mezclar. Tenemos mucho por hacer y pienso que es un gran momento de Reinvención.
Todos podemos aportar, aprender, reconocer alternativas que nos permitan gestionar los residuos de materiales plásticos. Un buen inicio es conocerlos y comprenderlos de forma integral.
¡Es momento de hacer clic a nuestras ideas! ¡Feliz día para tod@s!
[1] Fuente de datos: https://mundoplast.com/produccion-mundial-plasticos-2017/. https://www.plasticseurope.org/application/files/6315/4510/9658/Plastics_the_facts_2018_AF_web.pdf
[2] Fuente de datos: https://www.elpais.com.uy/vida-actual/plastico-usado-mundo-recicla-advirtio-onu.html
[3] Fuente de datos: https://www.plasticseurope.org/application/files/6315/4510/9658/Plastics_the_facts_2018_AF_web.pdf